Encerrada
en estas cuatro paredes. Desquiciada sin saber a dónde ir. Muerdo mis uñas
hasta sangrar. En mi cabeza retumban cada uno de mis latidos, y cada eco que
producen hace ensordecer mis oídos. Desgarro mi garganta gritando hasta sentir
el dolor de cada uno de mis huesos. ¿Y como respuesta?
...
Un silencio inquebrantable.
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