¿Cómo me pude equivocar tanto contigo? Tan sorprendida estoy que aun a día de hoy espero que aparezcas y me lleves a ese lugar que era solo nuestro. ¿Te acuerdas? El día que me secuestraste y borrachos celebrábamos la noche. Ahí donde pasamos mil horas mientras mirábamos la ciudad dormir y nos contábamos todo sin hablar, así fue como aprendí que hay cosas que simplemente se dicen con una caricia en el momento justo. Ahí donde empecé a verte como algo más. Ahí donde nos cabreamos y jugamos en broma, tanteando la tensión sexual que hay por medio; que nadie me hace cosquillas como tú, ni por dentro ni por fuera. Ahí donde ahora te echo de menos, y me pregunto, ¿habré hecho bien?
No hay comentarios:
Publicar un comentario